*Madre*
¡Cierto chavito, que sería de mí si no lo fueras mi amor!
eres la paz de mis sentidos, de mi alma y de mi corazón,
tienes el don de extasiar mi inmenso concebir de madre
acaricias el rostro cuando me miras con tus bellos ojitos.
*Chavo*
Mami atiende, sabes que me relame mamar de tu pecho
es tierno madre, es tan suave, es tan sabroso su néctar,
con las manitas, aprieto nerviosamente para beber más
perdona mami si mis dientes de leche hieren mi mamar.
*Madre*
Bebe cuanto quieras de estos pechos tuyos devoción mía
pero de quien has heredado el linaje de amarillento pelo,
con esa fachita armónica de chavito encantado de verme
que entregas pureza cuando tus azulados ojos me miran.
*Chavo*
Aunque no tenga un padre, no me atañe preciada madre
no necesito más amor y cuidado que mí ternura conmigo,
aunque me ves chavito soy fuerte por ser semilla de Dios
te cuidaré cuando la vejez meza tu níveo pelo de abuela.
*Madre*
Saliste de mí vientre amado chavito mío con dolor y gloria
los nueve largos meses de paciente y distinguido empeño,
siempre sola cuando ninguno se compadecía de la preñez
era cuando la sombra del machismo oprimía la oscuridad.
*Chavo*
Cuando tu pequeño chavito se haga hombre amada madre
protegerá a todas las mujeres del mundo que gestan vida,
jamás mancillare el halito de su hermana, madre o señora
porque sí lo hiciese ese fiasco madre, a tu chavito mataría.
*Padre*
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
20 de agosto del 2012