Nos hemos abandonado penosamente,
a esa caja de arena que es mi alma.
Como haciendo las cosas más fáciles,
estando a un salto del exilio que es tu amor....
Sintiendo cómo en mí, palabra fría,
se halla escondida,
al borde de mis labios
la necesidad que somos.
[...Fingiendo interponerle la herida al dolor...]
Tú y tu olvido,
van dejando dormido el instinto
de querer agarrar con mis manos
la duda larga que nos gime.
De creer arrancar de mis dedos
ese miedo solitario
que nos habla cada noche,
a eso de las 10.
Ya incompleta,
tu voz amarrada a mis recuerdos,
me llora con sus dientes cuando toco
ese cuerpo ajeno al tuyo,
en
el
espejo...