Tengo guardados secretos como restos perdidos de naufragios sepultados en la profundidad de los océanos, como esas cartas viejas sin un destinatario y que son engullidas por el polvo de los años, igual que un gladiador al jugarse la vida frente a las bestias.
Secretos ufanos sin mas presagio que la decadencia y el encierro en vida, visiones lejanas en ríos de plata y lunas color carmesí, como los textos perdidos de algún historiador en catacumbas subterráneas.
Millares de estructuras dedicadas al entierro así como millones mas solo para exhumaciones instantáneas empapadas de olvido. Guardamos cosas innecesarias pero que claman un lugar en nuestro inconsciente un diminuto espacio para no morir en el pasado.
Momentos que se suman a lo vivido fusionándose con exhalaciones de libertad, esos momentos subyacentes, cristalinos y etéreos que la vida nos regala por instantes.
Cuanto he callado resignándome a decir siquiera una palabra de lo acumulado, el mundo entero es un secreto incapaz de aun ser revelado.