Mientras el reloj esté encima de las cabezas como un sol,
la muerte llena de semanas el olvido y las miradas,
constipa de días los rincones y los campos más que abiertos,
mancilla con las huellas de las horas extintas, el dulce edén casi eterno,
mata de a pocos el poco presente,
mutila la vida,
sanciona la pasión,
doblega el espacio
la música se vuelve miedo,
el último sonido de una grácil campana,,,