Verbos consumidos
en el canto olvidado de la noche
emergen presurosos
para tomar su lugar
en el concierto de palabras
arrebatadas
por el viento.
Imágenes
son lo que quedan
de las palabras gastadas
por el aroma del tiempo.
Un día,
tal vez no muy lejano
se aclararán los misterios.
Lo que nos inquieta
y nos angustia.
No en la antipoesía
ni en la técnica,
sino en la pura
inconmovible
poderosa
fuerza que apunta
al canto milenario
cuyas ondas traspasan
los segundos de la historia.
Mientras tanto,
sigamos adelante,
consolándonos
con seguir escribiendo
versos gastados.