He visto tu sonrisa despertando
alegres duendes que merodean mi ventana,
sacudiendo los húmedos trinos que allá afuera
se adormecen en la niebla del silencio.
He visto tu sonrisa reflejada
en la cristalina inquietud de la llovizna,
trepada en un rocío de amapolas
y un temeroso mirar de cervatillo herido.
Bienvenida tu sonrisa que en la nube
hace decrecer tristeza y sombra,
puebla de candor andenes fríos
y pinta el aire con melodías nuevas.
Bienvenida tu sonrisa a mi letargo
donde reina el gris hastío
y rondan la poesía
fantasmales visiones del ocaso.
He visto tu sonrisa, ilusión dibujada
en los espejos,
en cristales de somnolienta umbría,
en el agobio de un rancio calendario.
He visto tu sonrisa aparecida
como un rayo de sol entre celajes
entibiando en la pampa interminable
varas de oro del trigal maduro.
Bienvenida tu sonrisa que ahuyenta
la ceniza de la rosa
y aroma los rincones de la ausencia
con el breve vocablo de tu nombre.
Bienvenida tu sonrisa que en la bruma,
bordará con el rojo de tu boca
el sueño enternecido de mi noche,
el sueño mío en donde están tus besos.
Derechos reservados por Ruben Maldonado.
Fotografía de Silvia Calderón.