¿Qué hubieras logrado de no haber seguido este camino?
¿Dónde estarías de no haberte venido conmigo?
Esta forma mía de ola azotando acantilados
esta maña empedernida de pedirle razones a la vida
a decirle no, incluso al sol, al cielo, a los amaneceres
esta arrogancia de poner ultimátums al que todo lo decide
caminando con dirección a ningún destino
Esta manera perdida de ver logros lo que sólo son semillas
¿Qué verá el amor cuando mira?
¿qué habrás visto en mi para seguirme?
Te miro dormir y pienso en estos años
de torrentes de palabras, de momentos como espinas
mi ropero de disfraces, las promesas incumplidas
todas mis llegadas tardías
mi amistad con la fe y con la mentira
Me convenzo que ha sido una inmensa lucha tuya
todo tu corazón de oro lo invertiste en este amor,
en nuestra vida
que eres perdidamente radical cuando te empeñas
- ¡Y siempre te empeñas, mariposa!-
que no te ha importado perder para que yo gane
¿Qué verá el amor cuando mira?
¿Cómo pudiste convivir con esta vida mortecina?
Me detengo a esta altura del camino
vuelto en mi mismo, y me conmuevo
¡Cuánto has perdido para salvarme!
No hay nada que pueda decir
las palabras retroceden, se saben incapaces,
(cierran sus boquitas de ángel y bajan sus cabecitas)
No hay gestos, ni siquiera los solemnes
No hay perdones, todos están atardecidos
los remordimientos vienen todos sombríos, mudos
Estoy solo ante tus ojos, tus manitas incansables
tus pasos persistentes dejando su huella en cada hora
tus palabras fluyendo en riachuelo, de tu alma
siempre puras, sabias y buenas. Siempre.
Solo estoy ante tu firmeza heroína mía
y reconozco que soy un rescatado de las llamas
que no has perdido guerrera de hierro, amada mía
porque tu piel está intacta, eternizada
y completo el plumaje colorido de tu alma
que igual que siempre, está completa
nada ocupa, y todo lo ilumina.