Un halago me lleva a tus brazos,
y esa implosiòn que no se deja
congelar, me envuelve en llamas.
Asì, desvistiendo a tu trazo,
me quedo aquì, perpleja,
y la noche que derramas,
se añeja, pero en mis ramas.
Asì me elevo y te creo viento,
y me dejo amar, con mis flores,
mis gajos y mis hojas yertas.
Desde que tu pensamiento,
canta los loores, se cuelan sabores,
y mi tierra te acaricia , tu lo imaginas?