Si una copa de vino
pudiera adormecer tus sentidos
para cercarme a los rincones
de tu cuerpo,
conocer los roces
de tus dedos,
y el calor
de tu aliento...
Si un brindis me permitiera
recorrer tus valles
y laderas,
internarme
en las vertientes de tu pecho,
y saciarme con el aroma
de tu deseo...
Con gusto te regalaría una botella
para amar tu cuerpo
y en tu alma dejar mi huella...