Mujer, no te olvides de mí
porque yo siempre te estaré recordando;
piénsame tanto como te pienso yo a ti,
que no te importe ni dónde, ni cómo, ni cuándo.
Y es que así de especial te recuerdo yo,
así de auténtica te escondes en mis versos;
tal vez en secreto amándote ya estoy,
quizá tengo el sentimiento impregnado hasta los huesos.
Nunca olvides estas letras, vida mía;
no desdeñes los pobres versos que te he dedicado,
pues entre ellos perpetua la incontable historia
de un mago y su princesa jugando en un bosque encantado.
Y cuando tu pensamiento se pierda en aquel bosque,
siéntete tranquila, liberada y feliz,
pues piensa que un poeta ocurrente y estrafalario
jamás dejará de amarte así.
Pues piensa que un poeta enamorado y solitario
cada noche mira al cielo y pide a Dios cuide de ti.