Puede haber algo que sea más hermoso
que en Mayo; una tibia noche estrellada,
el paisaje colorido de un jardín frondoso
o tal vez el suspirar de un alma enamorada.
¿Donde estará la máxima expresión de la belleza?
¿Será en la poesía escrita por Urbina, Nervo o Mistral;
en los cuadros de Miguel Ángel, de mágica destreza;
o en la música de Chopin, de romanticismo magistral?
Habrá algo más bello que el eterno y majestuoso cielo
o mas deslumbrante que el secreto milagro de la vida
y más que lograr dar a un corazón, la paz y el consuelo
tal vez mayor al recuerdo dulce, de la madre ya perdida.
Hermosura sin par, ni siquiera en otoño; un atardecer
o el crepúsculo, presagio de una lánguida alborada,
ni la imagen de la luna en el romántico anochecer
en los espejos de unos ojos, tiernamente reflejada
Dios en su inefable obra, creó todo con sabiduría
derramando la belleza en su máxima expresión
trabajando en ella seis y descansando el séptimo día
siendo un ser su obra, con la que culminó su creación.
En él, prodigó la belleza tanto física como interior
y moldeó su cuerpo con montañas y praderas
con cielo, luna y estrellas de brillo superior
y la chispa de la vida entre el vientre y caderas.
Juntó ternura, perdón, resignación y abnegación
con el máximo cúmulo del más dulce amor
y un espíritu inquebrantable por decisión
en el corazón que puso en su interior.
Ahora lo sé, y lo proclamo
con la mayor admiración,
no hay mayor hermosura
que el ser que fue creado
con los elementos de la perfección
que pueda tener cosa alguna,
es lo más bello que existe
y se le nombró; la mujer
como es mi… Rostro de Luna.
Mortaliss