Fue tan bello volvernos a encontrar
hermoso lo que sentí al volverlo a ver
y como gacela al llegar la primavera
que salta en la pradera sin poderse controlar
asi mi corazón saltaba al verlo
sin poder controlar su palpitar.
Con vehemencia los dos nos abrazamos,
sentí mi cuerpo como volcán en erupción
y rescoldos que de ese amor habian quedado
volvieron a incendiarse y convertirse,
en enormes llamaradas de pasión.
Bajo el hechizo misterioso del amor
le hablé con el lenguaje de mi cuerpo
y su alma en embelezo, sentí la mía reclamaba
y en ese instante...me bebí la ambrosía de su boca
para así calmar mi sed de amarlo
que en mi alma sentía todavía.