MUJER, AGONÍA, PERDÓN Y PAZ
Por: Lizardo Melgar Lera
Oscuridad mujer…
siento en mi piel
dolorosa oscuridad
y azotes de la vida como hiel.
¿Acaso es esto vivir?
Sufrir, llorar
y otra vez sufrir y llorar
¿Hasta al fin morir?
Recuerdo todavía
el ayer de ensueños caprichosos
de sueños juveniles y vana alegría
que terminaron en momentos dolorosos.
De pronto al atardecer…
las tinieblas me cercaron
los sueños de imaginación fácil se acabaron
una rosa apurada se marchitó al florecer.
Ahora es ya la noche
solo, estoy en medio de la negrura
busco en el cielo un poco de ternura
y hacer de mi soledad un derroche.
Mi pena es tan honda
como hondo es el mar profundo
que acaricia las playas del mundo
pero a mi me toca la más dura onda.
Estoy muriendo en vida
cada minuto que pasa
se derrumba el alma de mi casa
y me alisto para la partida.
Señor, perdóname por amarla tanto
da por favor un consuelo
a este pecador que busca el cielo
que se quedó sin amor, vos que sos mi luz y mi santo.
Señor, sino me dieras otra oportunidad
para qué seguir sufriendo
esta agonía que estoy viviendo
ilumina mi oscuridad.
Señor, si en tu preciosa faz
este rebelde halló gracia y perdón
permite un último deseo de mi corazón…
Entrar en tu eterna paz.