Un amigo llamado Juan
viendo que en conversaciones
me quejo siempre de ladrones
me obsequió un Pastor Alemán.
A veces las ganas dan
de no recibir esos regalos
a menos que traigan agregados
que se necesitan con afán.
Por ejemplo me dé para el can
el champú y la perrarina
y algunas latas de creolina
que pueda usar el animal,
si de manera rotunda
lo llegan a invadir las pulgas
o alguna sarna especial.
Que me deje el pago anual
para llevarlo al veterinario
y de ser también necesario
me compre jabón de lavar
para poder desinfectar
las paredes y los pisos
y algunos kilos de chorizos
para que pueda almorzar.
Que me regale un collar
con una buena cadena
para en las tardes serenas
sacar el perro a pasear
y si me puede regalar
de manera comedida
alguna plata escondida
se lo voy a agradecer
por si llega a alguien a morder,
y quieran cobrarme la mordida;
pero recibí la negativa
de parte de mi amigo Juan
que se llevó su Pastor Alemán
y salieron los dos en estampida.
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