He buscado tu reflejo en mi sombra
y he sentido que podía morir en tu voz.
Nada queda
solamente un segundo estático
cosiendo mi piel a tus ojos
y borrando el tiempo.
Las calles se oxigenan
tóxicamente
y es tu recuerdo el que quema
por dentro,
mis manos quebrándose gritan perderse
… y te pierdo.
En el sentido abstracto de olvidar
y el modo impráctico de no hacerlo;
mis huesos saben a canción quemada,
a un café sin aroma ni pensamiento.
… ya estamos enterrados bajo la nada.