MARTA LUISA

El proceso de crecer

 

Antes muy antes  cuando abrí mis pequeños ojitos a esta vida,

 asustada  de todo lo que me rodeaba, el mundo me  quedo muy grande,

me sentí una hormiga  indefensa en las manos de un gigante

 y temía que serrara sus manos y me aplastara por completo.

 

En ese muy antes  todos los que me amaban representaban

la armoniosa continuación de mi persona en este mundo,

y arrullado  en los brazos de mis padres empecé  a  marcar mi territorio ,

mientras  me alimentaba mi madre con la leche  emanada de su pecho fui creciendo.

 

Fortalecida ya en esta vida  de tantos cuidados  amor y protección,

llevada de la mano en mis primeros pasos  descubría lo importante de existir,

aprendiendo todo lo que debía aprender para ser alguien de provecho ,

y a si mismo mis errores serian  parte de mis escuela ; siempre estaría aprendiendo algo mas.

 

La adolescencia  fue el eje principal  de toda mi persona, enfrentar   la responsabilidad  

y los cuentos que me leía mama  ya quedaban en los lindos recuerdos del pasado,

¡debes estudiar, prepararte bien para cuando seas grande ¡ exclamaban  siempre  mis padres,

en esos tiempos veía todo tan fácil y tan simple todo significaba divertirme con mis amigos.

 

De igual modo  tomaba mis libros y estudiaba  por las dudas si era verdad lo que me decían,

Pero si escuchaba  y obedecía los consejos que me daban de:   no drogarme, alcoholizarme

 que existen mil maneras  de divertirse sanamente, hasta que fui adulto  por completo,

y mi vida dio un giro de ciento ochenta grados  en una realidad distintas  a lo  transcurrido.

 

Mi antes y mi después se diferencian tanto entre si, y el tiempo se encargo de que se note

antes buscaba  unos brazos  fuertes  que me protejan y me cuiden, de cualquier peligro,

un techo donde cobijarme  en las noches frías  y una fogata rodeadas de amigos

Saboreando un café caliente  y escuchando  caer lentamente la lluvia de un crudo  invierno.

 

En mi después tuve que poner en práctica todo lo que habia aprendido en mi antes,

la sabiduría adquirida de mis libros, los consejos dados de los que me amaban,

ser la protección de los que me necesitaban y de proveer de techo  que cobijen a los míos,

y entonces comprendí  que todo lo vivido es el proceso de crecer en este mundo,

que alguna vez hace muchos años me pareció  una mano gigante a la que yo temia.