Fugit
Esa hora ya pasó, lo eterno en ella,
los días del amor y de tu gente,
ya nada más nos queda que el presente
y hasta ese ya se va sin más querella.
No esperes, pues, dolor, que vuelva aquella
que te hizo ser feliz ni el que hoy ausente
su mano te tendió desde algún puente
por verte al sonreir hallar tu estrella.
Tú mismo ya no estás, tu voz resuella
distante en el hastío impenitente,
que ni el sabor dejó tras su botella.
Tampoco sigo yo, me vuelvo ausente,
y ni el reloj es mío, en que destella
su fuga esta verdad eternamente.
22 08 12