*Rey de la selva*
Quien osara ser más grande que mi alzada poderosa
se quedaría con la triste figura de la esencia humana,
porque con mí agraciada melena y garras reforzadas
ahuyento la especie de hombre que plagiarme quiera.
*Reina del amor*
No presumas cariño del hermoso collar de bruño pelo
que negligente y semidormido permanece todo el día,
mientras tu amada se viste de la sangre que alimenta
todos los cachorros que del amor salieron a esta vida.
*Rey de la selva*
Tiernas pasiones alimentan tu ser de leona presumida
cuando encelada de amor rozas tu frente sobre la mía,
ofreciendo tus encantos de fiera de la sábana inmensa
cuando la carne que nos sustenta trota libre de agonia.
*Reina del amor*
Cúbreme con tu encanto y con tu fuerza de ser mi rey
hasta que este encelo se evada en la inmensa planicie,
tras unas fieras nigromancias de engreído despotismo
sólo servirás para espantar las alimañas de mí estirpe.
*Rey de la selva*
Tú vergonzosa exigencia apaga mis ansias de amarte
si no fuese sólo por la casta que tiene mi heroico ser,
me alejaría de las leonas egoístas gremiales sin alma
para cabecear a la sombra de una acacia al atardecer.
*Reina del amor*
Sueña con frívolo ahínco egoísta engendro de pereza
guárdanos de los machos que exterminaran tus hijos,
cuando llegue el instante en que la senectud te llegue
nos abandonas al cruel albedrío de inhumanos leones.
*África es África*
Autor:
Críspulo Cortés Cortés
El Hombre de la Rosa
26 de agosto del 2012