Recorriendo tu interior con inspiración de Dios,
surge un itinerario que purifica tu corazón,
la luz divina te rescata de una prisión fatal,
la luz divina te libera de un mundo de dispersión.
Cuando pierdes la esperanza,
piensa en el corazón de Jesús,
aunque el mal inicie su venganza,
una luz te inspira para cargar tu cruz.
Cuando invocas con fé una oración
en medio de una inevitable desesperación,
la misericordia divina se derrama en el corazón,
todo signo de Dios nos convoca a una directa conversión.