Metió el pudor, que ya hace rato olvidó,
junto con el calzón bajo la almohada;
abrió las piernas, cediendo un paso más
en esa lucha que ya no peleaba;
Cerró los apagados y negros ojos ,
bajo una cuasi máscara de placer
que la necesidad ha confeccionado
con la tela del hambre y el abandono,
para ocultar el asco y la vergüenza,
que el no se que avo, cliente le provocaba.-
Tras la mugre embarrada en una carpeta,
que alguna vez fue de nylon, quizá de seda
y ahora arremeda ser una cortina,
dormita el único motor de su vida,
ese candado que le sella los labios
para no pronunciar ese pronto ”no”
que amenaza saltar desde su garganta,
Y se alza la mano para arrebatar
sucios dólares, que cada rastacueros
con insultos y atropellos le dedican,
al remunerar el uso de su cuerpo.-
Pese a ella nunca ha tomado o fumado,
su covacha apesta siempre a borrachera,
a guaro mal digerido o vomitado,
con humo de tabaco medio quemado;
por el suelo deambulan las botellas,
quizá medio vacías o medio llenas,
¡Que le importa¡.-