Sombra piden mis pasos bajo el cielo
mis ojos buscan luz sobre la tierra
y entre paso y mirada se me aterra
de soledad el corazon que celo.
Vivo secreto en el y el encierra
su voz el tiempo de callado hielo;
nadie acompaña su visible duelo
pues entre cielo y tierra se va en guerra.
Pobre pajaro herido y vacilante
a cada golpe de interior marea;
entre noche y aurora a cada instante
el rumbo pierde y no halla que desea.
Su nido por el sol puesto delante,
cuando la noche cae no hay quien lo vea.
Enrique Anderson Imbert