Abrazos de ternura,
de un alma al conquistar,
comienzos de un olvido,
en un pesaroso navegar;
Zarpes hacia un puerto,
visitado por la ilusión,
un añorar casi muerto,
en tristeza y desolación;
Corrientes de reflexiones,
indignas de ovación,
clavando van pasiones,
cual certera destrucción;
Huellas que errantes,
viajan unísonas por azahar,
son solo de los andantes,
que lloran sangre sin parar;
Pensamientos que en sus luces,
¡Brillantes!… allí están,
distorsionando los caminos,
por doquier todos van;
Amores enjaulados,
en un máximo podar,
todos son acariciados,
por un mustio recordar.
(No desearía despertar…)
(victolman)