En esta mañana cuando el día se levantaba
y se bañaba a fresco, soleada y con aroma a día nuevo,
de un sólo espaviento y con frenesí ellas vinieron a visitarme,
y como muchas mañanas quisieron despertarme,
con su alegría y entusiasmo adosadas en sus cantos.
Días de llanto a cántaros y sin fronteras las refugiaban en sus nidos.
Hoy andaban de paseo, bueno eso creo, y parecía un festín todo su parloteo…
Se posaron sobre el mismo árbol, como siempre a darme felicidad,
a decirme ¡que existo, que siento y que puedo!
Ese cantar bullicioso, alegre y alocado, me estremeció
y me acercó un exquisito aire, dulce y perfumado…
Mis oídos pasearon por distintos escenarios de tal solemnidad,
en donde el nuevo día me invitó a lucir mi tenacidad.
Ellas, las bellas reinas del jardín y mis consentidas,
son todas unas “doncellas” en su sociedad,
vienen con fogosidad y en su canto manifiesto,
me invitan a soñar de nuevo y, si el amor es incierto
la vida es un concierto, por más de acontecida que sea.
Mis Guacharacas queridas, mis bellas chiquillas, dueñas de mis mañanas,
que me dejan sabor a vivir atrevidamente y con ganas…
Me levanté con promesa sedienta de metas y de fe,
con deseos inmensos de vivir la vida,
y con entusiasmo divino de ungir hoy… un “te quiero”.
Mi sonrisa hoy irradiará destellos de luz y aquel o aquella amiga
que me permita compartirla, tatuada se la dejaré en su rostro.
…La palabra acertada buscaré para quien en mí se refugie…
…y mis brazos se extenderán hasta más no poder para abrazar intensamente,
a éste día hermoso y en él a todos quienes en mis brazos quieran estar,
PORQUE SABEN, LA VIDA SE VIVE…Y SE VA… EN UN TANTO…
¡Gracias por venir…son todas ustedes un verdadero encanto!