"El amor no suele estar armado,/ pero sabe que su enemiga la mentira,/ aún sin haber disparado,/ siempre lo tiene en la mira".
No me importa que ocultes alguna historia
ni me importa que existan en tu memoria
nombres en nada relacionados conmigo...
No me afectan en tu físico los defectos,
para mí ésos son como lugares perfectos
para sentirme en el paraíso contigo.
No me importa lo que de nosotros digan,
que nos censuren, que hasta nos persigan,
que nos hagan aparecer como indecentes.
Que crean que sus sentencias son inapelables,
que aparezcan como jueces intachables,
propios lobos con trajes de ovejas inocentes.
No me importa que con un dedo nos señalen
y quieran hacer ver que las únicas que valen
son las opiniones que nos quieren imponer...
No es verdadero un amor que de eso se asusta
y tampoco es ésa la ropa que más se nos ajusta
si no es auténtica siempre nuestra manera de ser.
No me importan los que son críticos de oficio
para quienes el amor no es un sentir, es vicio
que les sirve para sus viperinas lenguas ejercitar.
Aquéllos que no entienden el amor como lo que es,
un sentimiento que sobrevive una y otra vez
ante quienes se ocupan de la crítica, no de amar.
No me importa quien escribe y nada siente...
Que al hablar de amor por lo mismo miente
porque no lleva en el alma guardada esa semilla.
Quien nunca ha sabido amar que se abstenga,
si no le enseñaron a querer que a criticar no venga,
si nunca ha sido palo, no puede ser astilla.
No me importa quién iza la bandera de las ironías
ni los que al odio prefirieron dedicarle sus días,
dejando pasar en desperdicio tantas horas valiosas.
Ofensas a mansalva, chismes listos para ser regados,
bajos sujetos con sus irrespetuosos predicados,
a mí realmente me importan más otras cosas.
No me importan los que creen que me importa,
a los que se les hace la vida demasiado corta
para poner en mi camino siempre alguna traba.
Los que en sus adentros acumulan resentimientos,
los que corren a regar su chisme a los cuatro vientos
y el tiempo para el chisme nunca se les acaba.
Me importas tú, no lo que tienes, lo que eres
y no se me ocurre compararte con otras mujeres,
sólo se me ocurre ofrecerte mi amor infinito.
Campoamor (*) decía “De todo lo visible e invisible,
creo en el amor que es lo increíble”
y yo te amo... y lo imito.