Y tú que me decías:
yo te amo hasta mi muerte.
Quizás lo presentías
quizás solo fue suerte…
Acaso conocías
secreto del presente,
donde triste el destino
lloró tu amor ausente…
Las vueltas del camino
recorro con la mente:
¡Bravío torbellino!
¡dolor incontinente!
Te llamo por las noches,
suspiro entre recuerdos.
Lamento entre reproches
lejanos desacuerdos.
Pensando cuanto te amo
lastimo el sentimiento.
Y al tiempo alzo en reclamo
con dolido argumento;
mil lágrimas derramo
en volátil tormento,
de la acuosa mirada
bruñida de tristeza,
Brotando de la nada
se inunda mi cabeza.
Torrente incontenido
arrasado en certeza,
recuento dolorido
de indómita aspereza,
Resume lo ocurrido
con temible dureza:
Yo sé que me has querido
y sé que yo te quiero…
Que habiéndote perdido
en tu recuerdo muero;
lejos está el olvido
del amor verdadero…
¡Espérame amor mío!
Camino de lo eterno
que este dolor sombrío,
aceptar no discierno
¡Espérame amor mío!
Bañado en tu silencio
que yo en día de estío
vestida de silencio…
He de reír contigo,
amor mío y eterno.