Vamos del brazo...
Vamos del brazo, juntos por la calle,
andando entre las piedras del camino,
con el vibrante afán del peregrino,
al mundo ajenos y a cualquier detalle.
Paso a paso se prende de tu talle
la ciudad con su aroma vespertino
como un travieso arroyo serpentino,
como un viento que vaga por el valle.
Al mirarnos pasar muestran congoja
la tumultuosa gente con sus prisas,
los maniquís que lucen desolados.
Vamos del brazo por la tarde roja
entre arrumacos, besos y sonrisas.
¡Somos cómplices, dos enamorados!