Caen las hojas
henchidas de poemas.
Sueños de ocaso
¿Sabe? Usted me inspira.
Trae en su mirada la sombra de los bosques
y el sol de las campiñas.
Adivino el aroma de su piel al vislumbrarle
a lo lejos caminar,
como si en su falda suspirasen
mariposas de colores
y jazmines venteando primaveras.
La imagino entre acordes de violín,
Usted con sus pequeñas manos
en un vals de ensueño,
yo entre las notas de un tango exiliado,
náufrago en los mares de las dudas.
Pero Usted me inspira y vuelve a resurgir la poesía,
la poesía que le habla a sus labios rojos
y musita suavemente en sus oídos:
Que hermosa que es Usted, cuánto me inspira.
Miraba la luna y pensaba en su sonrisa,
las estrellas me trajeron el brillo de sus ojos
y en la brisa que traspasa la arboleda
me pareció oír mi nombre
de su voz melancólica y distante.
Delirio de tibieza entre sus brazos
es mi sueño que atraviesa tiempos
y desvanece en los escombros de las horas.
En esta fría noche de invierno,
donde galopan soledades
en los mustios paisajes de la nada,
Usted con su sonrosado candor…
¡Vaya si me inspira!
Derechos reservados por Ruben Maldonado.