Penosamente sangra,
mi cansada alma en pena
y se llena de un agudo escalofrió
el refugio donde duermen
mis agotados sentidos.
Voy existiendo
en un tenebroso cementerio de
viejas condenas,
mientras dentro
de un secreto sepulcro,
de soledad perpetua,
me he quedado perdido.
En un envejecido
rosal de pétalos muertos,
buscan mis viejos labios
la ternura de un dulce beso
y sus afiladas espinas
se clavan en mi esencia,
y sangran de nuevo.
mis soñados amores omitidos.
Mi amor sigue desnudo,
buscando un cálido abrigo,
mientras busco su blanca desnudez,
entre los blancos lirios perdidos.
Sangra mi cansada alma,
sobre un colchón de indiferencias,
mientras espero en un vacío silencio,
que llegen las sombras eternas,
a llevarme al silencioso
mundo del olvido.