Ya mi cielo se empieza a despejar
De esos aires que agitaron mis polvos, De esa tierra que sofoco mi sentir, Y que una vez me partió el corazón. Ya otra vez parece que respiro, Ya quizá el luto de aquel amor, Se vuelva hoy solo recuerdo, No lo sé tal vez, el tiempo lo dirá. Y vengo aquí a cantarle una canción, A esos ojos que quiero encontrar, Tal vez quizá a la orilla de algún mar, O tal vez junto a tierra adentro. En la montaña, o el llano, En la rica selva o en el desierto vano, Solo hoy me he propuesto buscar, Mi propia felicidad, ¿Donde estas? Hoy de mis vestiduras Medio desgarradas Pretendo enmendar un poco, E ir zurciendo con hilo de esperanza, Y ahuja de ilusión hecha de acero. Hoy dejare atrás mis titubeos, Dejare de andar en sig. Zaga, Por mis maltrechas brechas, Mi laberinto equivocado. Camino que yo mismo forme, Y no niego el haberme equivocado, Solo quiero andar enamorado, Y andar contigo mujer de la mano. Hoy es necesario echar la vista atrás, Para poder ver paz delante, Y dejar en libertad a esa mí otra libertad, Irme a volar a esos mis entrañables cielos. Quiero volver a sentir la vida en mi fluir, Quiero besar otra vez los labios de mujer, Saber a lo que saben, cuando estoy de ella Plenamente enamorado. Y aunque aún no se muy bien, Si su corazón este ocupado, He sabido que vive cerca del mar, Y tal vez un día le pueda encontrar. Por tanto mi búsqueda empieza hoy, No a cazar amores de un rato, Sino a dejarme atrapar muchos ratos, Por ese encanto llamado mujer. Y a gritos estoy llamando, cada noche, Cada día, cada instante de mi tiempo, Ven entonces alma aun no mía, A hacerme hoy compañía. Y ven a recatar a este tonto corazón Que se obstina y poco entiende de razón. De ese ser que mi subconsciente llama de esta alma sedienta de eso llamado amor.