Como te adicionas a la sal de mi comida
y al dulce escaso de mi postre,
te digiero con el corazón
a falta de un estómago que
está satisfecho de tu ausencia.
Tengo que forzarme a una dieta
lo más pronto posible
o ayunarte todos los días.
No es por vanidad sino por salud
que quiero adelgazarme de tí.
Cambiaría tanto mi apariencia
que estoy convencido que
la barriga de tu desamor
desaparecería hasta que se me
vieran las costillas de la esperanza.
Quiero volver a mi peso
de hombre promedio
no tener ni un kilo más
ni de menos tuyo.
Se que mi complexión ideal
a estas alturas,
es imposible
que
vuelva
a
recuperarla.