Si escucharas mi cantar en el silencio,
si un susurro a mi deleite entonaras con deseo,
mi camino seguiría, aferrada a tu consuelo
y mis ojos, tu estandarte, la razón de nuestro esmero,
militantes por la patria, mantendrían este fuego.
Si mi llanto, tu desvelo, arraigara nuestra causa,
y mis manos temblorosas sostuvieran esta llama,
cubriría con mi vida, esa luz que nos abraza
y en la lucha por la honra, seré luz en tu batalla.
No culmino este pasaje, ni mis versos, ni mi voz,
esta lucha es infinita, nuestra fuente de pasión.
Te enloquece mi figura, aguerrida y de perdón,
como a mi tus argumentos, tu intelecto y corazón.