Angel irredento

El olor de la posibilidad


El metro me devuelve a casa

como cada tarde;

y aprovecho el viaje

para devorar una a una

las páginas de otro libro,

viajar a otro mundo

y vivir una realidad más amable

 

Atravieso el andén,

Nuevos Ministerios

y me vuelve a atravesar el cerebro

esa fragancia

que se mezcla con la ciudad,

es el olor de la posibilidad

de encontrarme contigo

 

Se humedecen mis ojos

mientras amontono recuerdos

frente a las vías,

líneas paralelas, casi eternas,

entonces viene el tren

y tu sombra sube conmigo al vagón

 

Sentada a mi lado

te imagino algo nerviosa

hablando sin parar

como siempre

pero yo sólo tengo oídos para tus ojos

almendrados, tan sensuales, tan sinceros

 

El metro frena y las puertas se abren,

es la estación de “destino”,

así que nos despedimos

luego tú me besas,

con tus labios dulces,

con su tacto suave

 

Se cierran las puertas

y el vagón se aleja

con tu perfume,

se lleva también la posibilidad

de que volvamos a vernos,

hoy,

tal vez mañana, me miento

 

Como cada día

veo tu recuerdo

desaparecer en la oscuridad del tunel

que conecta las estaciones del suburbano


Como cada día, la nostalgia me pregunta

“¿Por qué?”

 

 

Los versos de la vida no riman

porque

La vida es una prosa imperfecta