Hoy, tu tristeza es mi tristeza, tu dolor es mío también,
no es mucho lo que pueda decir en momentos así.
Mi silencio me ahoga, pero las palabras se pierden…
Todo se conjuga y no se puede decir lo que se quiere.
Sólo mi presencia habla, mis brazos se agitan, quieren abrazarte…
Y mis lágrimas gritan por ser tu compañía.
Y es eso lo que se siente cuando un amigo se tiene,
dolor por su dolor y alegría por su alegría.
La vida es una melodía con silencios acompasados,
y en ellos la muerte se te ha acercado,
llevándose una preciada joya de tu alma;
si tú eras todo en su mundo, ella luz te daba.
Pero amigo, su luz estará en ti siempre,
En otro plano y, cada vez que la recuerdes…
Dicen por ahí que “un amigo de corazón,
es guardián de nuestra grandeza,
que alumbra con nuestra propia luz depositada en él"
Mi amigo querido, hombre de letras hermosas,
de inquebrantable fe inmensa y de alma generosa,
es el tiempo, un amigo especial y cómplice de encuentros
quien se encarga de aliviar nuestras penas…
Hoy mis humildes letras para ti, con ellas extiendo mis brazos,
te abrazo fuertemente y no te suelto.
...Y tan sólo lo haré para darle permiso al tiempo.