¿De qué valen todas mis letras,
mis ingeniosas poesías,
si ninguna te traerá a mí?
¿Será que debo decírtelo,
con intensiones muy ocultas,
tal vez quieras leer mis versos,
descubrirte en mis emociones?
Y esta dicotomía eterna:
dejar que me veas o
hacerte ver
que mi corazón te llama
en cada mirada,
en cada palabra,
en cada gesto,
cada día un poquito más fuerte...
pronto llegará el día
en que tenga que gritarlo.
Me aterroriza de sólo pensarlo.
¿De que vale este tiempo
que vivo cerca tuyo
si te siento más lejos,
a cientos de kilómetros
en el fondo de un pozo
oscuro?