En un río de silencio
clama mi tempestad de ansias perdidas
por un corazón de poeta.
Siento en un mar de nostalgias
la soledad en que habitan
mis versos mañaneros
olvidados por atardeceres de cruel indiferencia.
Dame de frente tu cálida mirada
y reposa en mi regazo la comprensión
de mi alegría,
amanecida en el otoño de tu alma.
Vísteme de gloria
en la derrota que se engendra en mi espíritu
ausente de esperanzas,
con un sonido de campanas en tus labios de jilguero
anidado en mi palabra.
Por tu ausencia...se enmudece en mi vientre
el sonido eterno de las musas que vagan con tristeza
los caminos indolentes de tu partida,
enredadas en el continuo suspirar de tu apatía.
Muéstrame con piedad...entre la multitud agonizante
que el furor de mis sentidos
destierra el clamor de tu pereza,
y que la pluma aquí en mi mano...
desdeñada por la abulia de los ignaros sombríos
resplandezca en tu cielo eternamente
con la dulce melodía palpitante de un poeta.
LEO HENRY
(Leonardo Henrricy)