¿Quién manda a la hora y en el momento preciso
cuando algo quiere nacer solo para que sea leído?
Es el efecto de un segundo que se vuelve milenio
perdido entre ambas pupilas, abriendo el camino.
La materia intangible cobre forma a los sentidos
fundiendo a la mente y el corazón, en un suspiro.
¿De vivir, de caminar, de respirar o de sentir frío
será que nutre lo que no tiene boca pero si ejido?
Pregunta, la del motivo para dejar así por escrito,
cuya respuesta nunca tendrá lo vago sino lo vivo.