A la deriva mi pasado, se entrelaza a mis proyectos,
y este miedo, tan absurdo, me arrebata los esfuerzos.
Me acobardan los reproches, me acorralan los bostezos,
y me siento perseguida, por un mundo de rencor.
Soy tan debil que me duermo y me despierto sin razón,
temerosa del afecto, del cariño y del perdón.
Pero así a mis ideales, combatiente doy loor,
y a intolerantes estandartes, en repudio enfrento yo.