Tal vez fue un susurro que vagaba,
aún no estoy seguro como llegó aquella gracia,
solo sé que era suave como la cancion que cantaba,
esa que sus labios sabían, esa que no era falacia.
Traté de convencerme que no dura lo fugaz
como el eco que se estrella en la montaña,
en ese vacío embriagador donde se esconde la paz,
en ese vacío que todo lo alberga, en ese vacío del mañana.
Te guarde en mi pensamiento,
dibujando tus sonrisas en mi piel
y tú con tu paso elegante... te llevo el viento,
dejando en mis labios tu fino silencio de miel.
No ha llegado el día que el mar borre las huellas
que dejaste al pasar por mi vida cenicienta,
solo sé que aún en mi ventana se ve tu presencia de estrella
y como una realidad surreal, espero que Dios no me mienta.
Aún no entiendo tu partida, tu loca huida,
ni comprendo porque tu aroma aún duerme en mi cama.
solo te veo irte con el sol llevando ese recuerdo que cuidas,
ese recuerdo que te delata, ese recuerdo que dice que me amas.