Estaba sola, rodeada de mucha gente, pero sola,
Habían tantos pajarillos, que entonaban dulces melodías,
Noches estrelladas, la luna más bella,
Con quien cada noche platicaba mis realidades y fantasías,
Cada mañana al despertar respirando el aire, me sentía volar,
Corría para sentirme en libertad,
Y abrazaba la alegría creyendo sentir la plena felicidad…
Lloraba por las injusticias de la vida,
Me sentía impotente ante tanta maldad,
Cada caída representaba el mayor sacrificio y me faltaba fuerza,
Me sentía tan débil que no podía continuar,
Pasaban horas, días que se volvían siglos de eternidad,
Manifestaba con rebeldía la inconformidad,
Y mil veces le preguntaba a la vida por qué no me dejaba vivir en paz,
Encontrar la paz y la felicidad que tanto añoraba,
Y devolverme lo que cada día me arrebataba sin piedad…
Un día a mi paso encontré el amor,
Y creí que por fin había logrado vencer,
Que ya tenía todo lo que necesitaba mi corazón,
Que nada le hacía falta a mi vida para renacer…
Que duro fue el despertar, aquello solo fue un sueño,
Una estrella fugaz que se perdió en el firmamento,
Y me dejo de compañera a la soledad y un cruel tormento,
Mas cuando mi cielo obscureció,
Pude descubrir el más maravilloso lucero,
Un nuevo sol que solo para mi iluminó el cielo,
La más bella luna que jamás había visto,
Que le quede debiendo a la vida desde aquel maravilloso momento,
En el que te sentí por primera vez latiendo en mi cuerpo,
Preparando un nuevo mundo en el bendito día de tu nacimiento…
Entonces supe que no existía tesoro más valioso,
Que tu cuerpecito tierno, entre mis brazos,
Que no existía ruiseñor que entonará más hermoso canto,
Que tu dulce voz, mi niña de amor,
El sol en tu mirada, la luna en tu sonrisa y la paz en tu corazón,
Que de solo mirarte me daba un motivo nuevo,
Para agradecerle infinitamente a la vida tenerte conmigo mi amor,
Por ti la felicidad plena he conocido,
Y sé que eres tú el sueño prometido,
En la más bella realidad convertido,
Que vuelve pequeño a este gran universo,
Cada día que despiertas entre mis brazos, y se desborda mi corazón,
Como manantial puro tu sonrisa me hace tocar el cielo,
Sintiendo que no cabe tanta felicidad en mí pecho…
Hoy sé mi vida que eres la paz y el consuelo,
La ternura, la dicha, el amor verdadero,
Contigo nada me falta, eres el complemento perfecto,
La fuerza, mi luz, mi libertad, mi más grande anhelo,
Eres la magia, la realidad del mundo lo más bello,
Lo mejor que la vida me dio y que jamás quiero perderlo,
He sobrevivido a tantos sinsabores y sufrimientos,
Pero sin ti mi niña, sin ti muero,
Porque te has vuelto parte de mi piel, mi ser, alma y corazón,
Mi razón para vivir, Dios te bendiga y cuide en tu camino…
Que si un día mi mano te faltase, no te deje sola ni te desampare,
Que cuide de ti en cada segundo de tu existencia,
Porque eres el amor viviente que llena mi alma y mi ser…