Sagaz sombra que espera agazapada,
lomo erizado y máxima agudeza.
Ágil salto para atrapar la presa
que aprisiona su garra despiadada.
Fiero aullido en la lucha desatada,
encorvado animal, uña y fiereza...
de pronto deja todo con presteza
suspendiendo postrera dentellada.
Se apaciguan los giros del ovillo;
la lengua del que fuera cruel barcino
se hunde y hunde en la leche, su destino.
Cuando ni un resto queda en el platillo,
se cobija en su sueño de felino
sin saber si es leopardo o es minino.
Derechos reservados por Ruben Maldonado.