Que triste cuando la vida te bofetea
cuando de golpe te dice: “Ubícate”,
cuando no sientes que “eras” o “estabas”
cuando en ello alguna esperanza albergabas.
Sé que no es mi tiempo, ni mi momento,
pero lo hice mío, lo lamento…
llegó y soñé vivirlo de alguna manera,
quizás en mi vida era otra prueba.
Se me hizo muy grande e intenso,
intangible lo sé, pero inmenso...
como nunca jamás había sido,
limpio, puro y hasta seductivo.
Hoy no sé qué pensar...duele pensar…
cómo duele “ubicarse” y no “estar”,
vuelve aquel viejo dolor en el pecho,
aquel que me dejó todo desecho…
Esta noche el silencio será mi almohada
Y la tristeza mis sábanas de tormento,
por lo que “pudo ser” en algún momento,
o por no entender lo que escrito estaba.