Vivía perdido en el camino, sin luz/
solo me acompañaba el verde,
con que se pintaba mi esperanza/
de que algún día encontrara, mi musa.
Y llego tu amor; haciendo en la vida/
la metamorfosis perfecta, de convertir
el corazón gélido, en uno ardiente en pasión.
Ya el aroma de tus azules labios/
y de tu rojo cielo me cubría,
con el manto cálido/ de tus calladas
palabras y de tus enamorados silencios.
El soplo de tus cabellos, me mecían
en tus brazos de hamacas/ ancladas
en tus palmeras ondeantes/ tus caderas
y el vaivén de tus manos, que agitan mis suspiros.
Ahora transformas la yerba moribunda,
en una hermosa rosa/ bañada con rocíos
de estrellas, y pintado tu rostro/ con el negro
de mis lagrimas, que te besan en un “te quiero”.