Olvidaste el crepúsculo
la alegria de la noche
entre soles muertos
y caricias perfumadas.
Olvidaste la brisa
amante solitaria
de voces y agonías
en el climax de las manos.
Olvidaste el olvido,
el tiempo en los ojos
que regresa a tus labios
para hacerme recuerdo.