Husmeando rincones, encontré en setiembre
muchísimas cosas que perdí en diciembre.
Hallé, por ejemplo, un bello zapato
del que no sabía desde hace rato.
Arrumbado estaba, ya muy silencioso
un simple soneto, suave y cadencioso.
Una foto mía (no es la preferida)
más vale se quede por allí perdida.
Un sombrero viejo, muy deshilachado
lo usaba a lo guapo, ladeado a un costado.
¡Allí estaba el gato, desaparecido,
entre tanto lío, desapercibido!
Había un muy bello ramo de jazmines,
que como al descuido robé en los jardines.
¡Si vieran que hermosas eran esas flores!
( las hallé marchitas y sin los colores).
Como siempre ocurre había una rima
que por no ser linda, la quité de encima.
Ahora mirando lo que a diario escribo,
me parece buena. Seré compasivo.
Encontré dos medias de color distinto,
ya que es mucho el lío: es un laberinto.
Y habré andado tanto, yo diría meses,
con dos calcetines nada parecidos, puestos en mis pies…ses.
A veces no es fácil encontrar la rima.
Le dije lo mismo, lo mismo, a mi prima...
búscame una rima y una chica esbelta
para que me arregle mi casa revuelta.
En algunos diarios yo puse este aviso:
“Señorita joven, muy linda, preciso.
No se necesita mucho de experiencia,
de a poco se aprende (tesón y paciencia)”.
Pero nadie vino. Y me hago solo
lo que necesito, sin más protocolo.
Para despedirme, sin ningún distingo
les deseo a todos, un ¡FELIZ DOMINGO!
Derechos reservados por Ruben Maldonado.
En realidad, de dos poemas (¿se les puede llamar poemas?) ya publicados hice éste, con pequeñas modificaciones.