Esperé con inquietud
la noche de ayer,
oí que una luna azul
iba a resplandecer.
La luna cuando brilla
se muestra a plenitud
sea plateada o amarilla
o vestida con espejo azul.
Yo sigo pensando, señores
que Dios pinta con exactitud,
¿Será que se le acabaron los creyones
y por eso la luna la pintó de azul?
¿O será que el padre eterno
en una noche de luz
quiso hacer con el cielo juego
y por eso pintó la luna de azul?
Cual sea la situación
iré a unirme a la multitud,
para disfrutar la ocasión
de ver la luna de azul.
Alejandro J. Díaz Valero