Como el hijo pródigo he llegado.
Mírame como lo viste, a el
sal a mi encuentro a recibirme
a darme un abrazo por tu perdón
comí algarrobas como los puercos
eso recuerdo del hijo pródigo
que ya hastiado a ti volvió
soy como el mírame y recíbeme
por favor ponme vestido limpio
porque el que traigo se me ensucio
ponme calzado que el que traía se desgasto
dame un abrazo, que en el camino nadie, me dio
ponme anillo de compromiso por tu amor
has una fiesta, pues muerta estaba y tu amor, me resucito
que haya música, que como hijo, pródigo,
a los brazos de mi padre regresé yo.
hermano querido, tú no te enojes,
no has disfrutado, porque no has querido,
mi Padre, todo te ha dado, en vano, no has trabajado,
ni le has servido, él, te ha dado todo, para que goces,
y hagas fiesta, porque de él, nunca te has ido,
tu has malgastado todo este tiempo sin gozar,
de la presencia de tu padre cerca de ti,
y ahora te enojas por que cual hijo pródigo,
a mi Padre, he regresado, y el su perdón me ha dado
perdí mi herencia y algarrobas me fui a comer
y cuando estaba sucia y harapienta me arrepentí
y a la casa de mi Padre volví, y tu enojado,
porque hizo fiesta para recibirme y me abrazo
hermano querido, tú, algarrobas no has comido
y fiesta, nunca has tenido, porque no, has querido,
estar gozoso, en la casa del Padre y de mi Señor
yo arrepentida, volví a sus brazos y gozosa, hoy estoy
Alicia Pérez Hernández
Parábola del hijo pródigo, Sn Lucas 15: 11-32
(No es la pluma la que escribe es el alma)