Quizás aún dormido
con la ventana abierta
y tus hombros desnudos o mis manos calladas
las que trajeron a mi mente
inmemoriando
esa noche insolada...,
de pronto ya mis brazos
se aferran al recuerdo
de tu cintura breve
<mientras le doy un sorbo a mi taza de café
y muerdo con lentitud el bisquet>
La melancolía me ahoga al despertar
y tu respiración prosigue muy cerca de mi oído
(pero yo sólo respiro
entrecortado y muero)
¡Es esta muerte en súbito momento!
Así se iluminaba la habitación
y el ruido de la calle
me despertó
aferrándome entonces a tus brazos
así fue ¡amor...!así fue:
desperté con el sabor de tus labios.
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Sergio Jacobo "elpoetairreverente"