¡Hola!
Quizá te extrañen mis palabras,
hace ya tanto tiempo que no charlaba
contigo, y no porque de ti me haya
olvidado (siempre me pregunto por ti),
la verdad es que las preguntas
se me han robado el tiempo,
puede ser que no me entiendas
es tan largo tu tiempo.
Perdona mi arrogancia, pero…
¿te puedo llamar amigo?
la palabra Dios te hace tan distante,
en cambio aún cuando a los amigos
no siempre los veo o les escucho,
sé que aunque sea por un momento
han pensado hoy en mí.
Amigo, de preguntas te hablaba,
son tantas las que tengo en mi cabeza,
y no te ofendas (se que tu comprendes)
pero hasta tú formas parte de estas,
siempre me estoy preguntando por ti,
he llegado a creer,
que pienso más yo en ti, que tú en mí,
¿Qué tonto soy verdad?
yo sé que has de estar muy ocupado,
a veces (todo el tiempo) igual me pasa,
hay tanto en que pensar aquí abajo,
niños con hambre, pobreza, guerras
gente enferma, cambio climático, política,
capitalismo, consumismo, comunismo,
amor, desastres naturales, desamor,
amigos , familia, enemigos,
ella que no me mira ( en realidad nunca)
en fin…
hay tanto en que pensar,
son tantas las preguntas,
son tantas las que tengo en mi cabeza,
y no te ofendas (sé que tú comprendes),
pero tú, eres mi más grande incógnita,
y no porque te imagines que no te crea
(¿cómo no creer en ti cuando existen los amigos?)
sino porque aún cuando sé
que en algún lugar estás,
siempre tengo preguntas para hacerte,
tal vez algún día si tú me consideras
tu amigo, y me invitas a tu casa,
puede que me ayudes con mis preguntas.
Te dejo por hoy, aquí hay tanto en que pensar,
Incluso hay gente que se mata por ti,
es extraño que ni entre hermanos se toleran,
¿ahora los “amigos”?
¡Bueno, bueno! ahora si te dejo,
hay tanto en que pensar aquí,
más aún cuando estoy enamorado,
pero esa es otra historia,
otro día te cuento de ella.
No me olvides…
que yo siempre me pregunto por ti.