La humildad abraza al pensamiento
que es bagaje por ruta solitaria
de aquel poeta que sabe son sus letras
testigos de un gran amor,
de pasión, alegría, o tal vez
de tristeza o nostalgia.
Sabe . . .
Si la luz de la razón en él se opaca
la soberbia en su devenir
será última instancia.
Por eso . . .
si el ego le impone rebeldía
el poeta sonríe y la aplaca
rescatando su propia lozanía.
Nada apaga el decir de algún poeta
si quiere escribir al río,
al mar, océano o montaña
se abren puertas de albedrío,
y se expresa libremente,
sin arrogancia.
Cuando quieren arrebatarle alegría
el lo refleja simplemente en su poesía
campo de matices, donde sus versos hilvana
y el sentir de su flama su escritura engalana.
Autora: Graciela Beatriz Traverso.