Mauricio

NingĂșn otra ave puede beber de ese manantial

Ningún otra ave puede beber de ese manantial

Que ningún otro oído escuche el retumbo de tu latir,
ninguna otra mano se embrolle en tus senos,
que solo las gotas de aguas mansas puedan rozar tus divisiones,
solamente  los rayos tibios del sol tienten tu piel,
nada más el alba y las sombras, porque solo tolero,
los besos de la lluvia y el acariciar del viento,
puesto que hasta del mismo aire siento celo.

Solo yo quiero ser navegante de tu limitado infinito,
que solo la soledad acompañada del ensueño,
sean únicos testigo de tu desnudez,
que solo las piedras del rio
y las sendas sientan la luz de tus pies,
Porque quiero ser la única ave sedienta
que bebe, de aquel dulce manantial.